Originaria de México y cultivada en varias regiones del mundo, como las Islas Canarias, la papaya es una fruta tropical de gran tamaño.

Fue bautizada por los colonos como “comida de ángeles” porque aliviaba sus problemas digestivos

Sus nutrientes son fundamentalmente azúcares de absorción rápida y su contenido en grasas es escaso. Se diferencia así de las frutas oleaginosas, que aportan principalmente grasas. Aporta ácido fólico y vitamina E , es rica en potasio, fibra soluble, magnesio, calcio y fósforo.

Tiene un elevado porcentaje en agua lo que la hace un excelente diurético.

En las papayas hay papaína, una enzima proteolítica, que ayuda a la digestión de las proteínas de la dieta y produce acción bacteriostática , lo que quiere decir que pueden ayudar a frenar el desarrollo de ciertas bacterias que causan enfermedades intestinales. Cuando hay un déficit de secreciones gastroduodenales y pancreáticas, o  hernia de hiato, acidez y malas digestiones se pueden aliviar con la papaya.

La papaya aporta vitamina C en cantidades elevadas, incluso más que la naranja, lo que ayuda al aumento de las defensas naturales, favorece la formación de colágeno y tiene un efecto antioxidante frente a los radicales libres.

Su alto contenido en vitamina A , debido a su precursor , el betacaroteno, mejora la salud de la piel, las mucosas y protege de la radiación solar.

Función antioxidante del licopeno que es un carotenoide que contribuye a la coloración de la papaya y que tiene efecto antioxidante. Y tambien de los flavonoides que protegen de la oxidación del colesterol LDL, por lo que ayudan a la prevención de enfermedades cardiovasculares.

Contiene minerales como el calcio, el magnésio, el potasio y el fósforo, que ayudan a restaurar el equilibrio ácido-base del organismo.